¿Deben los bancos adoptar las criptomonedas?

Criptodivisas, stablecoins o los nuevos proyectos de algunos países para crear sus propias monedas digitales (CBDC en sus siglas en inglés). No paran de surgir iniciativas sobre esta nueva realidad y los bancos no pueden quedarse al margen. Pero ¿deben las entidades financieras adoptar las criptomonedas? ¿Cómo ofrecer este tipo de servicios de forma segura? Para los bancos, se trata de un gran reto al que tienen que enfrentarse si no quieren quedarse fuera de esta imparable ola.

Las criptomonedas iniciaron su andadura conceptualmente como una alternativa al dinero en efectivo. La idea principal era crear un tipo de moneda digital, segura y descentralizada. Su adopción ha ido creciendo, y entonces llegó la pandemia, generalizando todavía más los pagos digitales. Cosa que ha significado otro gran impulso de este tipo de divisas.

Aunque hoy en día estemos básicamente asistiendo a una explosión de las criptomonedas a nivel especulativo o como almacenamiento de valor (tipo oro), sus opciones reales van mucho más allá. Con la incorporación de los smart contracts para asegurar todo tipo de transacciones y mejorar eficiencias, las posibilidades de las monedas digitales son mucho mayores y no están dejando a ningún sector al margen, incluso abriéndose a las finanzas descentralizadas. Su principal beneficio es la desintermediación, eliminando fricciones e ineficiencias y, por lo tanto, mejorando la velocidad y eficiencia de las operaciones y reduciendo costes.

El papel de los bancos en el impulso de la regulación

Como otros muchos ámbitos de actividad que también están mostrado interés por ellas, las grandes entidades financieras no van a quedarse fuera de la generalización de su uso y tendrán que ir progresivamente integrándolas en sus servicios. Además, el papel de la banca es fundamental para ayudar a los organismos oficiales en el necesario camino hacia la regulación de su uso.

El anuncio de que Diem, criptomoneda respaldada por Facebook, se lanzará como stablecoin a finales de este año; los diferentes proyectos de algunos Bancos Centrales para crear sus propias monedas digitales en China, Japón o Reino Unido; la salida a bolsa de la firma de criptomonedas Coinbase; la fiebre por el Bitcoin; el reciente anuncio de Visa y Paypal de que aceptarán el uso de las monedas digitales en EEUU pese a la falta de marco legal claro; y, sobre todo, el progreso de MiCA, la regulación de activos digitales del Comisión que afectará a toda la UE… Son tantas novedades al respecto que los bancos deben tomar ya cartas en este asunto.

Algunas entidades ya han dado sus primeros pasos. Así, por ejemplo, el BBVA ofrece a sus clientes la compraventa y custodia de Bitcoins aunque, por ahora, únicamente a través de su filial en Suiza. El banco ya ha comunicado su interés de ampliar estos servicios a otros países en cuanto se vaya regulando este asunto. Por su parte, Solaris Bank ha creado su propio servicio de la custodia de Digital Assets que ofrece a sus clientes en Alemania y a otras instituciones. Sin olvidar el lanzamiento de Sygnum Bank hace un par de años en Suiza, un banco solo enfocado a Digital Assets.       

Sin duda, la integración de criptomonedas u otro tipo de activos digitales en la oferta bancaria es una opción muy interesante para, en primer lugar, evitar la fuga de sus propios clientes e, incluso atraer nuevos. Pero no se trata solo de este asunto. Además, se pueden generar nuevas fuentes de ingresos o incluso crear nuevos modelos de negocio basados en crypto y finanzas descentralizadas (DeFi).

Conscientes de este enorme potencial, en GFT ya hemos decidido integrar Diem (antes conocida como Libra) en nuestro propio laboratorio de innovación digital para entender la implementación en detalle, buscar los casos de usos más favorables y reproducirlos en escenarios de interacción muy realistas. Estamos seguros que este camino de experimentación es el que deberían seguir las entidades tradicionales. De hecho, hemos observado que nuestros clientes más intrépidos con sus ensayos también son los que sacan más beneficio de sus productos cuando se lanzan al mercado.

En definitiva, más allá del uso de criptomonedas como un mero activo de inversión, desde nuestra compañía estamos convencidos del gran rango de posibilidades de las monedas digitales, especialmente con los últimos avances en seguridad, escalabilidad y smart contracts. Su margen de crecimiento es enorme en áreas como pagos, transferencias o finanzas descentralizadas. Sin duda, las monedas digitales centrales (los CBDCs) van a transformar el futuro de la economía global y, por ello, los reguladores ya están adecuando la estructura legal necesaria tanto para ellas como para el uso de otros tipos de Digital Assets. Por ello, los bancos deben ponerse manos a la obra para incorporar con seguridad este tipo de servicios y subirse cuanto antes a la ola de las criptomonedas.

Artículo publicado originariamente en InnovaSpain

GreenCoding

Con GreenCoding el desarrollo de software se convierte en parte integrante de tu programa de sostenibilidad

Más información