¿Qué hay detrás de una fusión bancaria a nivel tecnológico?

Las fusiones bancarias están a la orden del día y la noticias y rumores sobre ellas inundan los medios. Frente a todo este “baile” de nombres y opciones, poco se comenta sobre las implicaciones tecnológicas de este tipo de operaciones corporativas cuando precisamente es uno de los aspectos más espinosos. ¿Qué hay detrás de las integraciones de plataformas bancarias diferentes? ¿Cuáles son los principales riesgos? ¿Cómo puede verse afectado el cliente?

En cualquier fusión bancaria, tarde o temprano se va a producir una integración de plataformas a nivel tecnológico, un proyecto complejo y que siempre va acompañado de algunos riesgos pero que también es una gran oportunidad de optimización para las entidades afectadas.

En la mayoría de los casos, se suele decidir cuál de las diferentes plataformas va a ser la “vencedora”, lo que normalmente acostumbra a coincidir con aquella de la entidad que compra. Pero, también existen otros modelos mixtos en los que se juega con ambas o incluso hay opciones de aprovechar el momento de la fusión para crear una plataforma completamente nueva.

Una vez tomada la primera decisión, llega el momento de neutralizarla, es decir, eliminar todo el hardcodeexistente en referencia a entidad, agencia, país, productos, etc. El objetivo es permitir a la plataforma que opere de forma neutral para cualquier entidad y modificarla para que cubra todas las nuevas casuísticas de los nuevos productos que se añaden con la fusión.

El siguiente paso es realizar los cambios de infraestructura necesarios para soportar los nuevos volúmenes de operaciones. Sin duda se trata de un punto clave a tener en cuenta especialmente cuando la fusión se realiza entre entidades con tamaños importantes. En el caso concreto de CaixaBank y Bankia, los volúmenes de operaciones finales serán altísimos, tanto en la migración como en el nuevo día a día de la plataforma final. Por otro lado, al ser dos bancos de tamaño muy parecido, la coordinación y la gestión puede comportar algunas complicaciones y choque entre egos.  En este sentido, es imprescindible el equipo de migración esté bien coordinado y que trabaje de forma eficiente y transparente.

En paralelo a los cambios de infraestructura hay que plantearse cómo se migrarán los datos de los clientes de la entidad segunda. Comparando con algo que muchos de nosotros hemos vivido es como el momento de realizar una mudanza. ¿Necesitamos hacer un poco de limpieza previamente? Sin duda, antes de llevárnoslo todo, es posible eliminar aquello que nos sobra y, también, aprovechar aquello que sí vamos a llevar para tenerlo bien limpio y ordenado. Si volvemos al contexto bancario, normalmente se necesitan meses para lograr un correcto mapeo del dato de una entidad a otra. Se trata de una tarea rigurosa y en la que se requiere mucho conocimiento del dato en cada una de las partes implicadas.

En general, se necesitarán meses de pruebas, varios ciclos enteros para asegurar que todo funciona correctamente y que no hay errores “el día D”. Para ello, es imprescindible estresar al máximo los sistemas con volúmenes altísimos de operaciones, para asegurar que aceptarán los nuevos números diarios de la operativa bancaria. En este sentido, el gran reto suele ser el calendario ya que estas operaciones suelen hacerse en un tiempo limitado cuando, en realidad, son proyectos faraónicos con muchos flecos en paralelo. Requieren mucho trabajo y muchos recursos implicados a la vez.

Principales riesgos y errores a evitar

Como ha sucedido en algunos casos de fusiones anteriores, el riesgo principal es que el banco o que alguna funcionalidad importante del mismo pare su funcionamiento durante horas o días, ya sea porque la migración de datos haya ido mal o porque los sistemas no soporten las nuevas operaciones por funcionalidad o volumen. Se trata de un riesgo muy elevado ya que puede acabar teniendo un impacto reputacional en la organización, sobre todo teniendo en cuenta la rapidez y viralidad con la que hoy en día se difunden este tipo de problemas en las redes sociales.

También es un error muy común no tener control del dato que se migra. En este sentido, es primordial realizar pruebas exhaustivas de performance e involucrar a los equipos de operaciones desde el principio, ya que son vitales para los problemas que puedan surgir tras la migración.

Para minimizar al máximo estos riesgos, hay cinco pasos básicos para acometer con éxito cualquier integración bancaria:

  1. Disponer de equipos experimentados con conocimientos funcionales y técnicos tanto de las aplicaciones de origen como de destino. El conocimiento de los sistemas es la clave y, por ello, hay que asegurar la disponibilidad de los mejores recursos.
  2. Intentar huir siempre de nuevas infraestructuras. Sin duda, apostar por infraestructuras y soluciones ya existentes disminuye el riesgo de lo desconocido e inesperado, reduciendo potenciales problemas.
  3. Realizar ciclos de testing completos y exhaustivos.
  4. No olvidar las pruebas de stress para todas las situaciones de disponibilidad y demanda.
  5. Involucrar a los departamentos de negocio y operaciones desde el principio y sobredimensionar los call center para “el día D” con el objetivo de responder a los clientes de forma rápida y eficaz.

 

En definitiva, la migración es uno de los momentos más complicados en una fusión bancaria y, por ello, hay que asegurar que se cuenta con los mejores perfiles técnicos y funcionales para acometer el proyecto, independientemente de la entidad para la trabajaran antes de la integración. La calidad del dato a migrar y que la nueva infraestructura esté lista y dimensionada al volumen final también es vital. Es mejor no infravalorar ningún riesgo.

 

Este artículo se publicó originariamente en El Economista.

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