Natalia Hurtado: “El mayor aprendizaje que me ha dado el cáncer ha sido la resiliencia y vivir el presente”

Con motivo del día internacional de la lucha contra el cáncer de mama queremos dar a conocer el caso particular de una de nuestras compañeras, Natalia Hurtado Soler, de Valencia. Le diagnosticaron cáncer de mama en mayo de 2017 y, ya superado, se ha volcado en el deporte y la vida sana para sobreponerse de las secuelas físicas y psicológicas, concienciar sobre esta enfermedad y ayudar a recaudar dinero para su investigación. Para ello ha creado el proyecto @cimasporlavida, con el objetivo de contribuir a visibilizar la enfermedad y concienciar de que es muy importante que haya más investigación para salvar más vidas.

¿A qué te dedicas y desde cuándo formas parte de GFT?

Trabajo en IT desde hace 20 años. He trabajado en Alemania e Irlanda, siempre en el sector IT para banca. En GFT estoy desde el año 2016. En mi carrera profesional, empecé como programadora, luego gestión de proyectos y desde hace 5 años me dedico a la arquitectura, trabajando en el rol de “Solution Architect”.

¿Cuándo te diagnosticaron tu cáncer y cuál era el pronóstico?

Me lo diagnosticaron en mayo del 2017. Un cáncer de mama hormonal, en estadio II. Gracias a la investigación curable. Con un pronóstico muy favorable.

¿Cómo reaccionaste inicialmente?

En un principio se me vino el mundo abajo al oír la palabra cáncer. Aunque lo superara, mi vida no iba a ser la misma. Les tenía muchísimo respeto a los tratamientos, las operaciones y la recidiva.

¿Qué fue lo más duro?

Los cambios físicos y las secuelas que me quedarían.  Supuestamente me limitarían de por vida. Sobre todo, el riesgo al linfedema que me impediría hacer sobreesfuerzos y por lo tanto me condicionaría a no practicar ciertos deportes.

¿Y el mayor aprendizaje?

La resiliencia y vivir el presente.  Da igual lo que nos pase en la vida, hay que aceptarlo y seguir adelante, seguir disfrutando de nuestras vidas. Porque vida solo tenemos una y hay que vivirla lo mejor posible, dentro de nuestras circunstancias.

También me ha enseñado a vivir el aquí y el ahora. El futuro es incierto. Pero ahora disfruto de cada momento.

¿Quiénes fueron tus grandes apoyos durante los tiempos más duros?

Mi familia y mis hijos. Mis hermanas me acompañaron en todo momento a todos los tratamientos y fueron un gran apoyo emocional.  Mis hijos fueron mi motor, para seguir luchando, por muy abajo que estuviera.

¿Cómo te encuentras ahora?

He renacido. Me encuentro pletórica, llena de VIDA. He tenido un gran crecimiento emocional que me hace ser más FELIZ y valorar lo que tengo.

¿Qué destacarías cómo el gran cambio que ha traído esta enfermedad a tu vida?

Me ha hecho darme cuenta de lo que es importante y lo que no. Hay que luchar por nuestros sueños y disfrutar de cada momento de nuestras vidas. ¡He aprendido a VIVIR!

Cuéntanos qué iniciativas has puesto en marcha ahora para concienciar sobre este tema.

Para superar las secuelas físicas y psicológicas que me dejaron la enfermedad, me he volcado a la vida sana y el deporte. Ya que traen muchísimos beneficios. Y he puesto en marcha el proyecto @cimasporlavida, donde organizo subidas a cimas de montaña en grupo, con el objetivo de contribuir a visibilizar la enfermedad y concienciar de que es muy importante que haya más investigación para salvar más vidas. En este proyecto, el último reto fue la ascensión del pico Aneto (3404 metros). Fue una cima muy especial porque es el techo de pirineos y además fue un reto solidario donde todo lo que se recaudó se destinó a investigación contra el cáncer de mama en GEICAM.

Le tenía mucho respecto a esta cima, por la altura y los pasos técnicos, como el paso de Mahoma. Pero con la ayuda de mi grupo de montaña y todo el entrenamiento físico y mental, lo conseguí sin ningún problema. Al llegar al pico sentí felicidad, de que pese a todo lo que he pasado, aún tengo una vida llena de posibilidades que voy a VIVIR.

¿Algún feedback de tus compañeros o de la empresa? ¿Te han ayudado de alguna forma?

La empresa y mis compañeros me ayudaron mucho, tanto durante mi baja como al reincorporarme. He tenido muchísima comprensión y he ido a mi ritmo, superando mi cansancio físico, hasta que he vuelto a estar bien.

¿De qué te sientes más orgullosa en este sentido?

Me siento orgullosa de haber convertido algo tan negativo en mi vida, en algo muy positivo. Ahora soy más FELIZ porque he aprendido a VIVIR.

¿Algún mensaje para las personas que están luchando contra esta enfermedad?

Aunque un diagnóstico de este tipo es duro, hay que seguir adelante luchando día a día, porque en algún momento volverás a ver la luz. Hay que vivir el presente y disfrutar de cada momento, porque el mañana es incierto.

¿Algún otro tema que te gustaría destacar?

Me gustaría con mi proyecto @cimasporlavida, apoyar a la gente que está pasando esta dura enfermedad. Animar a que, aunque nos queden secuelas, hay que intentar superarlas en la medida de lo posible y seguir adelante persiguiendo nuestros sueños.

Pero lo más importante de mi proyecto es contribuir a visibilizar la enfermedad y concienciar de que es muy importante que haya más investigación para más vida.

 

Natalia y @cimasporlavida

“Todo empezó hace un año en el Toubkal 4167m, en Marruecos. 8 mujeres que habíamos pasado por cáncer aprendimos que teníamos 4167 razones para vivir. Lo que vivimos ascendiendo esta cima fue extraordinario, unió nuestros corazones para siempre y nuestras ganas de vivir.

Me gusta la montaña desde que tengo uso de razón. Me llena de energía y vitalidad. El contacto con la naturaleza me ilumina el alma.

El Toubkal me despertó de nuevo mi pasión por la montaña, me di cuenta de que seguía siendo capaz, pese a todos los tratamientos y operaciones por los que había pasado.

Pero esta vez era distinto, siempre me había gustado pasear por la montaña, pero ahora quería conquistar cimas.

Aquí nació mi proyecto @cimasporlavida.

Cada vez que subo una cima se la dedico a compañer@s que están pasando o han pasado la enfermedad.

Muchos nos dejan por el camino, en este caso me gusta recordarlos en mi corazón. Subo un banderín de la AECC con el lema “Voy a ser tu fuerza, que nada te detenga”, para dar mi apoyo y fuerza a todas estas personas.

Celebro la vida en cada una de estas cimas.

La vida es algo que damos por hecho, pero cuando nos toca el cáncer nos damos cuenta de lo excepcional que es VIVIR.

Lo mejor de todo es que cada día me encuentro mejor y más llena de energía. Muchas de las secuelas ya ni me acuerdo de que las tengo o quizás las he superado.  La hormonoterapia y sus efectos secundarios, el linfedema, la fatiga crónica, la tristeza…se esfumaron.

A veces pienso que haber pasado este cáncer, ha sido lo mejor que me ha pasado, por las enseñanzas que me ha dejado y por el fuerte crecimiento personal que he tenido.

Llevo tiempo entrenando física y mentalmente para subir cada vez más alto. Así que no dudo que llegaré a cada cima que me proponga.

Me encanta disfrutar del ascenso y llegar a la cima. Son momentos gloriosos que compartes con tus compañeros de viaje. Es una analogía perfecta de lo que es la vida.

Me ayuda a vivir el presente, superar obstáculos, ir poco a poco, luchar por lo que sueño.

Te das cuenta de que, aunque cueste mucho esfuerzo, “si uno quiere, consigue muchos propósitos.”“

 

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