¿Por qué deberíamos seguir creyendo en blockchain?

Con el incremento del valor del Bitcoin en los últimos meses y el anuncio de Libra de Facebook, vemos un interés renovado en las criptomonedas y blockchain como una disrupción importante en el área de las finanzas. Pero, ¿cómo está avanzando su implementación y de las Distributed Ledger Technologies (DLT)? ¿Hacia dónde van realmente estas tecnologías? A pesar de las grandes inversiones, todavía hay pocos casos de éxito. ¿Cuándo veremos las soluciones de impacto reales que se nos prometieron?

Pese a todas las expectativas sobre diferentes aplicaciones de tecnologías blockchain basadas en visiones de futuro como el ‘internet del valor’ y ‘organizaciones autónomas descentralizadas’, solo hay dos aplicaciones realmente probadas con éxito. Una es la de crear depósitos de valor digital suficientemente confiables para invertir en ellos (tipo Bitcoin). La otra es la de recaudar fondos utilizando estos cripotactivos/criptomonedas a través de los Inicial Coin Offerings (ICO). Otros proyectos (pagos, autenticación y verificación de datos, tokenización y comercialización de activos distintos de las criptomonedas, trazabilidad en las cadenas de suministro, etc.), aunque prometedores, todavía no están suficientemente maduros. 

Esta inmadurez se ve también en las startups que están creando aplicaciones basándose en estas tecnologías. A pesar de los grandes avances en escalabilidad y de sus modelos de negocio cada vez más concretos, la mayoría se encuentran aún en fase inicial. Dicho esto, hay que destacar algunas aplicaciones muy prometedoras fuera del área de criptomonedas, como Tardigrade, la solución de almacenamiento distribuido en cloud lanzada recientemente por Storj, o Arcade City, que funciona como un ecosistema blockchain para compartir viajes, es decir, como un Uber descentralizado. 

En el ámbito empresarial, donde precisamente GFT cuenta con más experiencia, los avances son menos visibles aunque encontramos empresas o consorcios que están trabajando hacia soluciones comercialmente viables. Dos conocidos ejemplos son TradeLens, que proporciona un seguimiento de la cadena de suministro global para el envío y que ha procesado más de 10 millones de eventos, o la plataformaFX Everywherede HSBC para cambio de divisas con hasta 5.000 transacciones al día.

Razones de la falta de adopción de blockchain

Con las altas expectativas para esta tecnología y los muchos dólares, euros, ETH y bitcoins invertidos, ¿por qué hay tan pocos casos de éxitos demostrados, especialmente, en el ámbito empresarial y posiblemente ninguno rentable? ¿Deberíamos seguir creyendo en esta tecnología? La razón principal de la falta de adopción de blockchain tiene que ver con el desfase entre las capacidades de esta tecnología y la necesidad de la mayoría de las aplicaciones empresariales. Bitcoin nos muestra que podemos construir una red digital pública estable y fiable para transacciones de valor que pueden alcanzar grandes sumas de dinero. Pero, además de las criptomonedas, ¿qué otras aplicaciones necesitan un nivel de confianza tan alto? Para la mayoría de las posibles soluciones del blockchain público, el nivel de confianza que se provee va más allá de lo que se necesita.

Esta es la razón de la aparición de las redes privadas y con permisos (principalmente DLT), que no eliminan necesariamente a los intermediarios, pero sí les otorgan un nuevo rol con mecanismos de consenso diferentes y menos intensivos en recursos. Incluso aquí, se están todavía buscando cuáles son las killer applications donde el DLT generaría valor añadido respecto a una base de datos centralizada.

Una segunda razón es que, en la mayoría de casos donde blockchain puede proporcionar verdadero valor para usos empresariales, debe sustituir a sistemas y procesos heredados (legacy) de diferentes empresas que pueden participar en una red blockchain privada. En cierto modo, la adopción de blockchain tiene similitudes con nuestras experiencias en la implementación de la tecnología Cloud: a pesar de la relativa madurez de esta tecnología, muchas compañías tradicionales todavía se resisten a su adopción de forma generalizada. La dirección, los departamentos de TI y los profesionales de transformación digital de estas empresas encuentran grandes barreras, especialmente organizativas y culturales, en la transición de los sistemas heredados al Cloud.

Y si una tecnología madura como Cloud tiene estos problemas, imaginemos la dificultad de transitar hacia las tecnologías blockchain que son mucho menos maduras, especialmente para sus aplicaciones transaccionales típicas que, por definición, necesitarían de la colaboración con otras empresas. ¿Qué compañía reemplazaría un sistema legacy crítico por una tecnología relativamente nueva y no probada con riesgos tanto tecnológicos como de negocio? No es extraño que, incluso con grandes impulsores de las soluciones blockchain, la adopción real sea lenta. 

La visión de GFT sobre el futuro de blockchain

Con la madurez actual de blockchain, solo tiene sentido hacer el esfuerzo con esta tecnología si hay un valor añadido excepcional y/o un bajo riesgo para los procesos claves existentes. Actualmente, en GFT, vemos la mayoría de las oportunidades para blockchain privadas y el desarrollo en sistemas de seguimiento, trading y transacción de activos. De hecho, el foco estaría muy cerca de los casos de uso de criptomonedas, como en los mercados de capitales, trade finance, etc., donde las transacciones basadas en blockchain simplificarían los sistemas complejos y reducirían esfuerzos y costes. También vemos aplicaciones más sencillas para Distributed Ledger Technologies dentro de un nuevo paradigma que, en GFT, denominamos “Automatización de Procesos Distribuidos”. El valor añadido no se basa tanto en las transacciones de valor sino en la conciliación automática y confiable de datos que puede proporcionar esta tecnología.

En resumen, más allá de los pocos casos de éxito y a pesar de las importantes barreras que hacen que haya pocas aplicaciones mainstream, blockchain está haciendo avances, tanto tecnológicos como en términos de casos de uso. Su futuro, tanto en redes públicas como privadas, se mantiene tan brillante como antes, aunque su aceptación está siendo, definitivamente, más lenta de lo que los entusiastas esperaban.

Este artículo se publicó originariamente en Computing

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