Cinco tesis sobre innovación en la economía digital

Puede que ahora sea una palabra de moda pero, la innovación es y siempre ha sido un passe-partour, es decir, la llave maestra de la puerta al éxito en el futuro. Nunca antes había sido más cierto que ahora, en plena economía global y digital. Innovar consiste en idear algo más que una buena idea. Ahora más que nunca, se trata de creatividad, valentía y resistencia. Se intensifica la competencia global y se acortan los ciclos tecnológicos. Esto está teniendo un impacto fundamental en las exigencias de la gestión de la innovación. La velocidad a la que se pueden desarrollar nuevos modelos de negocio digital está evolucionando y es un factor clave para el éxito.

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En un evento reciente sobre innovación celebrado en Stuttgart (Alemania), expusimos las siguientes cinco tesis clave sobre qué hacer para innovar, que se han concretado desde GFT:

1. La innovación requiere una nueva manera de pensar y una cultura sin miedo al fracaso.

Para innovar, la gente tiene que ser tolerante con lo que es poco convencional y compartir una ambición por entender lo nuevo y usarlo en su beneficio. Cuando las personas logran romper convencionalismos y se despiden de las formas tradicionales de pensamiento, fomentan oportunidades para lograr algo genuinamente nuevo. Esto puede crear resistencia, por lo que se necesita energía y una mayor determinación para convencer a los demás. Está relacionado con no ver el fracaso como una derrota sino como una experiencia de aprendizaje. Y esto nunca ha sido más fácil, más rápido o más barato de lo que es hoy en día. El mejor ejemplo son los prototipos digitales. Gracias al software moderno, las cosas se pueden intentar detalladamente, simplemente a través de ensayo y error, sin dilapidar incontables sumas de dinero en soluciones intermedias de nuevo desarrollo.

2. Se trata de mantener lo mejor del pasado y trasladarlo a un nuevo contexto.

Aunque la innovación significa renovación, tradición e innovación no son necesariamente excluyentes. En todo caso, se trata de conservar lo mejor de lo ya probado y en lo que se confía para trasladarlo a un contexto nuevo, predominantemente tecnológico. Se trata de conseguir que ideas o soluciones tradicionales se traduzcan en modelos de negocio digitales preparados para el futuro.

3. La renovación tecnológica lleva a otra innovación, cambiando así el panorama.

A menudo las innovaciones son ingeniosas reconstrucciones de mejoras técnicas ya disponibles en el mercado. Como resultado, las innovaciones técnicas pueden establecer olas reales de innovación. En definitiva, juegan un papel fundamental en todas las etapas de la cadena de valor digital y se puede cambiar el juego para industrias enteras. La capacidad de los dispositivos móviles finales para penetrar en nuestras vidas personales y profesionales es un buen ejemplo de cómo una tecnología puede cambiar la cultura de la comunicación entera en un plazo muy corto.

4. La co-innovación redefine que ideas iniciales pasan a ser nuevos modelos de negocio.

El pensamiento unidimensional es tan ajeno a la propia naturaleza de la innovación como inquebrantable su inmovilidad. La innovación es mucho más que ideas que fluyen sin restricción. El truco es pasarlas por el embudo hasta que salga un producto utilizable. En este sentido, GFT persigue principios abiertos de innovación y co-innovación. En GFT, involucramos activamente a nuestros clientes en el proceso de innovación. Esto resulta en soluciones que inspiran, soluciones con las que la gente puede identificarse inmediatamente. Es importante que más y más personas se conviertan en defensoras de una idea ya que una innovación tiene el potencial para alargarse y ser comercializable.

5. Los empleados son fuentes de inspiración, conductores y multiplicadores de innovación.

En la búsqueda de nueva inspiración, las compañías todavía tienden a olvidar que ellos mismos tienen enormes reservas internas de conocimientos e ideas: sus propios empleados. Mientras más multidisciplinares sean los recursos humanos, mayor será el potencial que una empresa tiene para encontrar una idea brillante, con chispa y en el momento adecuado, siempre suponiendo que se está dispuesto a involucrar al personal en el proceso de innovación. Integradas en los procesos de la manera correcta, estas personas pueden ser verdaderas incubadoras de innovación. Paralelamente a esto, se ha permitido la expansión de las redes sociales cada vez más fusionadas en entornos personales y profesionales. Así, los miembros del equipo se han convertido en multiplicadores importantes y creíbles, por lo tanto, ideales para transmitir los mensajes adecuados.

Para concluir el post, os dejamos con nuestra reflexión sobre cuál es el punto de partida para innovar: pensar diferente, compartir opiniones y dejar que las cosas sucedan. Todo comienza por ahí.

 

Ulrich Dietz
Chairman of the Executive Board, Chief Executive Officer (CEO) of the GFT Group

 

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